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martes, 15 de noviembre de 2011

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Y que volviese sólo para contarme qué le pasa, porqué ahora no es feliz, o porqué algún día decidió que lo sería sin mi. Y lo debió ser, o eso espero, también espero que ahora lo sea. Espero que esa sonrisa le ilumine los días a alguien, y que alguien, sea quién sea, se los ilumine a el.Todos nos merecemos un pedacito de felicidad, y el pese a achacarse tantas culpas, también se lo merecía. Aunque había decidido que no conmigo, conmigo no. Las decisiones deben respetarse y yo no sería la primera que no lo hiciese, al menos no en referencia a las suyas. El había iluminado mis días, y sólo por eso, y no digo sólo con carácter de expresar poco, sólo por eso se merecía tanto cómo yo pudiese proporcionarle. Es cierto que el amor sana, y, también es cierto, que el sanó mis heridas. s correcto afirmar que el amor mata a sus víctimas, y con esto no le estoy llamando asesino, o sí. Lo cierto es que las verdades duelen, y él, también. Cuando un corazón se abre no es consciente de a lo que deja paso, las cosas buenas entran primero y las sonrisas son las comprobaciones de estas, pero a veces las cosas malas pasan y ni nos damos cuenta, sólo cuando las lágrimas nos lo recuerdan. Y yo, pese a la decisión que el hubiese tomado en un tiempo no muy lejano, me preocupaba por su seguridad. Si el fuese yo, no permitiría que las cosas malas franqueasen los muros de su corazón, y eso podría comprobarse cuando de sonrisas la colmase, cuando sólo en sus oídos reposasen todas esas cosas que le escribo, todas esas cosas que el no lee y que yo siento. Diría que conmigo el sería feliz pero eso no sería respetar su decisión, y yo, la respeto. Sólo espero, sólo deseo, que alguien le merezca tanto como entrar en su vida sin causarle ningún daño. 

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